Veracruz al mar

Que los días van de lo que llevamos dentro, dijo un viejo compa.

¿desde dónde quiere usted salir?

Aquí cuatro imágenes de la ruta que transita entre Orizaba y el mar, deteniéndonos en Atoyac con el aroma de los plátanos fritos, el café de olla y los langostinos enchipotlados, cruzando por Paso del Macho para decidir ¿Boca del Río o Chachalacas?

¿a dónde quiere usted llegar?

Hay 153km entre Fortín de las Flores, donde el mítico taller de los Stoned Riders, y las playas de Villa Rica pero en algún punto medio está La Antigua, donde la casa de Hernán Cortés queda en ruinas invadidas por arboles descomunales cuyas raíces han rodeado el marco de puertas, ventanas y se superponen a los muros de piedra en un espectáculo simbólico con pocos pares en el mundo. Se vale atestiguarle.

Chilpachole

de jaiba con
manos de cangrejo

Porque se sabe, el asunto está en los sabores, en palpar el aroma del camino que lleva al mar, cual sea, porque—como dice aquél—no todos los que vamos a un lugar llegamos al mismo tiempo, usamos la misma ruta, danzamos al mismo ritmo o llevamos el mismo musicón por dentro, la cosa es gozarla: el camino es un fin en sí mismo. La onda es rodar. Pásele usted. Andiamo

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